Dr. Manuel Balado

Nació en 1897. Su legado es haber sido un pionero de la Neurocirugía Argentina en todo el sentido de la palabra.
A travésdel patronazgo visionario de José Arce fue impulsado adesarrollar la nueva especialidad cuando no existía aúnen la Argentina.Luego de egresar en 1920 como médico con Diplomade Honor, ingresó al Instituto de Clínica Quirúrgica delHospital de Clínicas donde permaneció hasta 1924, paraluego partir hacia la Clínica Mayo en los Estados Unidos ycomenzar, junto a Adson, su formación neuroquirúrgica.

A su regreso a Buenos Aires en 1926 se dedicó exclu-sivamente a la Neurocirugía y concentró sus actividadesasistenciales y de investigación primero en la Sala XIIdel Hospital de Clínicas y luego, en 1930, también en elHospital “Santa Lucía”. En 1937 fue nombrado ProfesorTitular –el primero– de Neurocirugía en la Facultad deMedicina de la Universidad de Buenos Aires. Fue un ver-dadero neurocirujano universitario. Integró la asistenciacon la investigación y la docencia, difundiendo su labor eimpulsando a sus discípulos y colegas en el difícil caminode la Neurocirugía, hasta su fallecimiento repentino alterminar una cirugía.Sus intereses fueron diversos1-4. Fue un innovador,incorporó a su práctica los últimos avances científicos ydesarrolló una metodología de investigación rigurosa.

Comenzó a estudiar la inervación del iris durante su estadía en los Estados Unidos, tema que concluyó en Buenos Aires,al publicar el libro “El Iris”. Los problemas de diagnóstico topográfico lo llevaron a desarrollar entre 1926y 1929, junto con Ricardo Morea y Cornelio Donovan, la yodo ventriculografía, método que ayudó a solucionar las dificultades para visualizar el tercer ventrículo.En 1933 describió, junto con Carlos Malbrán la enfermedad que llevaría su nombre: la aracnoiditis optoquiasmática.El estudio de la vía óptica ocupó gran parte de su tiempo.

Fueron varios los trabajos realizados sobre la estructura del cuerpo geniculado externo, tanto en el hombre como en los animales, que precedieron a una de sus obras más importantes: el libro “Das corpus geniculatum externum”, que le diera prestigio internacional.

En sus últimos años se dedicó a estudiar la actividad eléctricadel cerebro. Fue uno de los primeros en obtener registros electro-corticográficos, tratando de establecer mapas citoarquitectónicos. Utilizó un electroencefalógrafo de 10 canales queen 1942 fue considerado el más avanzado en el mundo,especialmente construido en una sala blindada de cirugía.

Cuando presentó su libro “El Electroencefalograma Humano” en colaboración con Luis Romero y Pedro Noiseux, fue considerado un hito en labibliografía nacional e internacional.
En esta breve comunicación no es posible citar su vasta obra escrita, que versa prácticamente sobre toda la neurocirugía: se calculan en alrededor de 150 el número de sus publicaciones en revistas nacionales e internacionales, lo que demuestra la inquietud de su espíritu. La difusión de su obra fue un objetivo central. Lo alentaban el interés por el desarrollo de la neurocirugíay la formación de las nuevas generaciones.

Esto no sólolo realizó a través de la publicación “Lecciones de CirugíaNeurológica” (Buenos Aires: El Ateneo, 1931), sino también creando, en 1928, los Archivos Argentinos de Neurología, una de las primeras revistas neurológicas y neuroquirúrgicas del mundo de habla hispana. Difundió su obra participando en diferentes eventosinternacionales (Londres 1935 y Copenhague 1939), rela-cionándose con figuras de la talla de Foerster, Cairns, Monisy Marinesco, entre otros, y formando parte del Comité de Redacción del Zentralblatt für Neurochirurgie (1936).

Trabó relación con colegas de otras especialidades como Carlos Malbrán, Ramón Pardal, Esteban Adrogué, Pío del Río Hortega y Christofredo Jakob, entre otros, mostrando en esa época un moderno perfil de integración del conocimiento.

A pesar de haber fallecido tempranamente (Año 1942, con solo 45 años de edad), dejó su impronta en numerosos discípulos, destacándose Ramón Carrillo, Ricardo Morea, Julio Ghersi y Juan Carlos Christensen, nombres que hablan por sí solos.

Según el diccionario, pionero es aquél que “inicia la exploración de nuevas tierras o se adelanta a realizar cualquieractividad”. No hay dudas de que Balado se ajusta a esta definición. La Facultad de Medicina, en reconocimientoa su trayectoria, instituyó en 1944 el premio trienal denominado “Manuel Balado” para neurocirujanos con menos de diez años de graduados. Pero tan importante como su acción pionera fue su acción universitaria: creó nuevos conocimientos, los difundió y dejó un legado y un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.